El estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción fisiológica
del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para
afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda
incrementada.
Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son
algunos notables como el nerviosismo (Temblar) o estar inquieto. Otros no son
tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas dilatadas, la
sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (Como
brazos o piernas).
La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones
neuroendocrinas estrechamente mezcladas que ponen en juego el hipotálamo
(centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y suprarrenales
(centro de reactividad). Esta reacción que es la respuesta normal a un agente
específico se produce en todo individuo sometido a una agresión.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia,
a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología. Esta confusión se
debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas
circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas
graves de salud.
Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una
sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la
aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal
desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos
(incipientes problemas de memoria),1 alteraciones en el ánimo,2 nerviosismo y
falta de concentración, en las mujeres puede producir cambios hormonales
importantes como dolores en abdominales inferiores, entre otros síntomas.
El estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad,3
que es una reacción normal frente a diversas situaciones de la vida, pero
cuando se presenta en forma excesiva o crónica constituye una enfermedad4 que
puede alterar la vida de las personas, siendo aconsejable en este caso
consultar a un especialista.
Llevar una vida de estrés tiene implicaciones variadas. Por un lado
están todas las alteraciones fisiológicas, y por otro están las complicaciones
de orden emocional. El estrés es un elemento que aumenta la sensación de
agravio en las relaciones sociales, familiares y laborales, al mismo tiempo en
que figura como herramienta de distorsión de la realidad. Vivir bajo estrés
implica, entonces, no solamente un deterioro físico, sino también psicológico y
relacional.
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